La llamada nueva normalidad nos obliga a convivir con el SARS-CoV-2, las mascarillas se han convertido en un sistema de protección obligatorio. Pero también se hace imprescindible respetar unas ciertas normas de seguridad y establecer protocolos de actuación para acudir de modo seguro a diferentes espacios. Por supuesto, las clínicas dentales no somos ajenas a todo esto, por eso las organizaciones de dentistas hemos elaborado unas pautas a seguir en nuestras consultas.
En primer lugar, es recomendable realizar una primera consulta telefónica, es un modo de poder priorizar las citas. En la llamada se nos preguntara si padecemos alguno de los síntomas que pueden coincidir con los del COVID 19 en cuyo caso deberemos acudir a nuestro médico de cabecera.
Cómo actuar una vez que estamos en la clínica
Una vez en la consulta deberemos de cumplir en todo momento las indicaciones del personal. Debemos procurar acudir a la cita puntuales, para facilitar el que no nos crucemos con otros pacientes. A no ser que se trate de personas dependientes o de niños pequeños se aconseja que el paciente no lleve acompañante. Por supuesto, debemos llevar nuestra propia mascarilla, y evitar llevar collares, relojes, pulseras, anillos, etc.
Cuando lleguemos a la clínica se nos tomará la temperatura, si esta excede los 37,3 grados se pospondrá el tratamiento durante 15 días. Una vez dentro tendremos que desinfectarnos las manos con una solución hidroalcohólica durante 20 segundos y utilizar las calzas que se nos darán para los zapatos.
En la sala de espera debemos respetar las distancias de seguridad establecidas. El personal auxiliar nos acompañará al gabinete que nos corresponde, donde se nos dará una bata y un gorro desechables. No debemos de tocar nada. Nuestro dentista ya habrá planificado la intervención de modo que tendrá disponible el material que necesita.
Al terminar el tratamiento, tendremos que quitarnos el gorro y la bata para depositarlos donde se nos indique e ir directamente a la entrada donde nos quitaremos las calzas.
